El Wyndham Bogotá Art, hotel sede de la FILBo y aliado desde su apertura hace dos años, es un espacio que para describirlo faltan palabras y sobran imágenes –literalmente–. Ventanales que cubren el hotel de piso a techo dan la ilusión de que el mundo externo es un espejismo, todo se ve pero nada se escucha. El hotel es una caja de vidrio cubierta por cuadros, esculturas, y muestras de arte que hacen que cada espacio esté diseñado hasta el último detalle.

Ubicado en el Centro Empresarial Capital Towers, a pocos pasos de la embajada americana, frente a la Fiscalía general de la Nación, a cuadras de Corferias, minutos del aeropuerto y a menos de media hora a cualquier lugar de Bogotá, el hotel se enorgullece de tener una ubicación ideal para cualquier persona que quiera estar en el centro de todo. Además de esto, dispone de 261 habitaciones de diferentes tipos y salones de eventos de varias capacidades cuyos nombres son a honor de los grandes personajes de la escena artística como: Salón Botero, Salón Grau, Salón Obregón y Manzur entre otros.

Con vista a los cerros orientales, la misión del Hotel ha estado encaminada a ofrecer más que una experiencia de comodidad una experiencia artística de la ciudad. Por esto, desde su apertura, el Wyndham Bogotá Art se ha encargado de apoyar el arte de los artistas jóvenes emergentes, ofreciéndoles sus amplios espacios para que expongan sus colecciones y cuyo único requisito es regalar alguna obra insigne que quede por siempre como un recuerdo exclusivo de los nuevos talentos colombianos.

Como parte de una de las cadenas hoteleras más grandes del mundo, el Hotel Wyndham Bogotá Art es un espacio moderno y minimalista que une a su estilo Art Deco de los 60’, piezas emblemáticas antiguas, lo que le concede la ilusión de ser parte de muchos tiempos. Guillermo Galvis, gerente del Wyndham, lo describe como un “lugar que está esperando ser descubierto”; por esto, no nos extraña que su respuesta cuando le preguntamos en qué libro sería protagonista el hotel si apareciera en alguno, fuera el lugar de encuentro entre Maqroll el Gaviero, –personaje central de toda la obra de Mutis – lector y viajero insaciable en constante búsqueda por lo desconocido, su mejor amigo, e Ilona su amante cosmopolita.

Como un lugar que podría fácilmente hacer parte de un mundo literario, el Wyndham no se queda solo en los sentidos visuales, sino también pretende desarrollar el del gusto. Con una cocina mediterránea, el hotel ofrece una amplia carta que trae los platos característicos de aquella península donde confluyen tantas culturas como la española, la africana, la egipcia y la italiana. Este año planean tener 10 festivales culinarios y entre ellos estará el festival de comida francesa como parte de la celebración de nuestro país invitado de la FILBo.

Galvis, un hombre que ha estado en la industria hotelera por más de 45 años, que lleva dos con el Wyndham, y tiene bajo su cargo aproximadamente a 145 personas entre fijas y extras que trabajan eventos específicos, está convencido de que el lugar del hotel como aliado de la Feria Internacional del Libro de Bogotá no intenta ser en absoluto protagónico, en cambio, pretenden ser una mano ayuda y una casa para los invitados especiales de este gran evento literario.

Con una frase de celebración, nos despedimos de Guillermo Galvis un hombre que se considera en deuda con la literatura y que espera que el tiempo no sea egoísta y pueda terminar algún día los libros que se le han quedado a mitad de camino.

“Yo celebro toda una historia de letras colombianas representadas en personajes que han trascendido universalmente”.