Récord histórico de la FILBo 2017: 550.000 visitantes y 7% en crecimiento en ventas

Bogotá, mayo de 2017. La Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) celebró sus 30 años con registros históricos. Durante 14 días, 550.000 personas visitaron Corferias, epicentro del evento cultural y literario más importante del país. Francia, como invitado de honor, rompió el récord como el país que más libros ha vendido en la historia de la feria.

“Esta fue la mejor feria de las 30 ediciones que hemos tenido. No solo por la cantidad de personas que ingresaron, sino porque cada uno de los proyectos que tuvimos se concretó. Para un escritor que está allá, solitario en silencio, ver una muchedumbre de lectores que quieren conocerlo es la mejor recompensa. En esta feria ha habido muchas filas de aceptación y reconciliación. Por eso esta feria fue un éxito y seguiremos trabajando para que siga así y cada vez sea mejor”, afirmó Enrique González Villa, Presidente Ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro, CCL.

Por su parte, Andrés López, Presidente Ejecutivo de Corferias, aseguró que la alta calidad de la programación académica, cultural y profesional permitió un alto ingreso de público. “El incremento en ventas totales fue del 7% .Los cerca de 1.500 eventos que les ofrecimos a los asistentes nos permitieron cubrir todos los públicos. La variedad de los mismos nos  dejó jornadas memorables que esperamos repetir el próximo año con Argentina como país invitado”.

El público asistió masivamente a los auditorios para escuchar a J.M. Coetzee, Premio Nobel de Literatura que visitó por primera vez la FILBo. El autor sudafricano compartió tres conferencias con públicos de todas las edades en Corferias, el colegio Gimnasio Moderno y la Biblioteca Pública Virgilio Barco.

De igual forma, la FILBo 2017 contó con autores de 18 países. Algunos de ellos son hitos de la literatura que visitaron por primera vez la feria, como el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, el ilustrador Bejamin Lacombe y el novelista Pierre Lemaitre, de Francia, y los escritores Richard Ford, de Estados Unidos, y Geoff Dyer, de Reino Unido. Por otro lado, algunos escritores como Enrique Vila-Matas (España) y John Katzenbach (Estados Unidos) repitieron su visita al recinto ferial con gran acogida del público. Por parte de Colombia, los escritores Mario Mendoza, Fernando Vallejo, William Ospina y Daniel Samper generaron largas filas con la presentación de sus más recientes libros y firmas de ejemplares.

Francia, por su parte, apostó por la literatura infantil y juvenil y el cómic y la novela gráfica para renovar la imagen de su cultura. 38 autores galos participaron en 220 eventos que transcurrieron en Corferias, librerías, bibliotecas públicas, colegios y universidades de Bogotá.

200.000 personas visitaron el pabellón francés, un paseo de librerías de arquitectura transparente y sostenible que recogió lo mejor de la cultura clásica y contemporánea de ese país con 3.000 títulos en español y 2.500 títulos en francés, un café  y una zona gastronómica. La ilustración francesa, representada en la feria por sus máximos referentes —Benjamin Lacombe, Patrice Killoffer, Serge Bloch, entre otros— fue protagonista: la oferta de libros ilustrados se agotó en el primer fin de semana de la FILBo.

Anne Louyot, comisaria del Año Colombia-Francia 2017, sintetizó la participación del país galo en el evento de esta forma: “El pabellón francés en  la Filbo superó las expectativas. Sus tres librerías, gestionadas por la Asociación Colombiana de Libreros Independientes, ACLI, vendieron más de 18.000 libros. Los invitados presentaron otra imagen de la literatura francesa: más contemporánea y más joven. Y por fin la delegación de editores franceses tuvo múltiples encuentros con sus pares colombianos”.

Estos editores y otros agentes literarios se reunieron en el Salón Internacional de Negocios, el cual reunió lo mejor de la Rueda de Negocios de ProColombia con el Salón de Derechos de la FILBo. Contó con más de 110 participantes internacionales procedentes de 20 países. Asistieron más de 200 empresarios colombianos de siete regiones del país. Por primera vez vinieron a Bogotá comisiones de editores de Francia, Brasil, Argentina y España.

Otro condimento especial de esta edición de la feria fue la franja ¡Que viva la música!, que contó con grandes compositores de la música latinoamericana, como Piero y Fito Páez. Los artistas interpretaron sus canciones más recordadas y presentaron sus libros. Hablaron de lo que no suelen hablar en sus conciertos multitudinarios. Por Colombia, Andrés Cepeda hizo doble fecha en el auditorio José Asunción Silva para develar su proceso de composición. Esta fue una de las franjas que más convocó público en la FILBo.

La feria también combinó la literatura con la cocina. En Libros para comer, algunos chefs como la argentina Dolly Irigoyen presentaron su método. Otros cocineros prepararon los platillos presentes en libros como Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, y El patio de los vientos perdidos, de Roberto Burgos Cantor, y compartieron degustaciones mientras contaban sus impresiones de las obras. También el chef Carlos Gaviria Arbeláez presentó el libro Técnicas de cocina colombiana, nominado al Gourmand World Cook Book Awards.

La feria fue espacio para el encuentro de las artes y para las ideas en la franja Palabras para la reconciliación. Por primera vez, excomandantes de las Farc participaron en un evento cultural masivo. El primer asomo de la literatura en el posconflicto. Las presentaciones se caracterizaron por un ambiente de respeto y tolerancia.

Al tiempo, políticos como el vicepresidente Óscar Naranjo y Humberto de la Calle participaron en conversatorios. Diferentes ideologías se reunieron en distintos espacios del recinto ferial. Por ejemplo, la activista transgénero Mati González y Alejandro Lanz, director de la ONG Parces, que reivindica los derechos de los habitantes de calle y de las prostitutas, compartieron su labor.

Hubo más formas de entender el mundo y otras formas de expresarlo. En la franja Más formas de leer, la población con discapacidad encontró un portafolio de actividades que se realizó por primera vez en la feria. Recitales de poesía y canciones para sordos, obras de teatro para ciegos y talleres para que cualquier persona pudiera aprender el sistema braille.

También se presentaron libros que han innovado en la manera de abordar la discapacidad, como el Libro negro de los colores, de Menena Cottin; Mallko y papá, de Gusti Rosemffet; y Planeta Willy, de Birte Müller. Estos autores hicieron una comprobación: los oídos no son el único medio para escuchar ni la boca es la única forma para emitir un sentimiento.

La Feria Internacional del Libro de Bogotá 2017 cumplió con sus expectativas: cerca de 500 autores, desde distintas orillas, compartieron sus esperanzas con 550.000 personas. La FILBo es el lugar para todos, donde el libro y la lectura se convierten en el vehículo social para lograrlo.

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usada 30 abril

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