PARTE 1. CONTEXTO ECONOMICO Y DEMOGRÁFICO DE COLOMBIA 13
producir y circular contenidos editoriales gravita fuertemente sobre las perspectivas
del sector en el mediano y el largo plazo.
Pese a que en años recientes las compras públicas de libros para dotación de bibliotecas
y de textos educativos se han incrementado, el consumo de libros en el país
sigue estando por debajo de los estándares internacionales. Las encuestas de lectura,
a pesar de la multiplicación de las acciones realizadas desde la política pública
en el campo de la promoción del libro y de la lectura, muestran un estancamiento
en la cantidad de libros leídos por habitante al año.
En algunos aspectos, el sector del libro ofrece signos de gran vitalidad, que podemos
palpar en el éxito de eventos como las ferias del libro, el dinámico emprendimiento
empresarial en pequeñas aventuras editoriales, la proliferación de autores
y de obras, y el creciente interés por parte del sector tradicional en entender y
realizar acciones en el campo de los nuevos modelos de negocio del sector.
Una mirada hacia el corto y el mediano plazo evidencia el enorme potencial que
tiene el mercado editorial en el país y en la región. La estructura demográfica; la
necesaria expansión del sistema educativo en los niveles de educación preescolar,
media y superior; las buenas perspectivas de crecimiento macroeconómico; y la
masificación del acceso a las tecnologías de información y comunicación, plantean
un escenario promisorio para el desarrollo del sector, tanto en el mercado local,
como en el mercado ampliado de lengua castellana.
El gran reto para el sector editorial colombiano es entender cabalmente la dimensión
del potencial del mercado y desarrollar las competencias empresariales y
tecnológicas para abordarlos. En esa misión tenemos que concentrar los esfuerzos
desde cada uno de los subsectores del mundo del libro. Esta tarea implica, además,
el fortalecimiento de la política pública sobre el libro y la lectura. El ejercicio sistemático
de los últimos años, en cuanto a promoción de la lectura y las bibliotecas, a
través del Plan Nacional de Lectura y Escritura, viene mostrando resultados positivos
para el país. En la tarea de construir una Colombia más educada hacia el 2025,
un propósito de Estado, la política hacia el libro, la lectura y las bibliotecas juega
un papel central. En ese camino, no tenemos duda, está la posibilidad de hacer de
Colombia, de nuevo, una potencia editorial en la región.
Enrique González V.
Presidente Ejecutivo