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84 EL LIBRO Y LA LECTURA EN COLOMBIA | CÁMARA COLOMBIANA DEL LIBRO
reiterada se menciona que valora las pérdidas a precios de venta al público (PVP).
Por lo tanto, las cifras resultantes de la metodología de la CCL podrían tener un
factor de sobrestimación, que quizá valdría la pena ajustar hacia el futuro”. En
el estudio se reseñan también algunas aproximaciones a la medición de la reprografía
ilegal4, que alimenta los resultados de las mediciones realizadas por la
CCL. Este estudio cuantifica en US$42,3 millones las pérdidas ocasionadas por
la reprografía ilegal.
En su análisis, Fedesarrollo identifica tres factores que inciden en la piratería
editorial en Colombia: las limitaciones en los canales de distribución, el auge de
las fotocopias ilegales y los precios de los libros legales. Analiza cada uno de estos
factores, a la luz de la evidencia empírica arrojada por las encuestas sobre hábitos
de lectura y consumo cultural, y realiza algunos estudios de caso en varias ciudades
del país, sin resultados concluyentes con respecto a la correlación entre estos
factores y los cálculos hechos para la medición de la piratería editorial en Colombia.
En el estudio se plantean opciones metodológicas para aproximarse a la medición
del tema, particularmente en lo que tiene que ver con la piratería litográfica y la
reprografía ilegal. Los resultados cuantifican la piratería en US$69 millones (20 %
inferior a los cálculos de la CCL) y estiman que esta cifra representa un 14,4 % de los
ejemplares vendidos en el país y el 28,4 % de las ventas. En sus conclusiones señala
que “la magnitud de la piratería editorial que arrojan los estimativos hechos en este
trabajo es alarmante. El hecho de que el sector editorial colombiano enfrente una
competencia ilegal que asciende a casi la tercera parte de su negocio debería haber
generado una reacción mucho más enérgica y decidida por parte del Estado que la
que se le ha dado. Pocas industrias pueden desarrollarse de manera competitiva a
mediano plazo si enfrentan una competencia ilegal de semejantes proporciones”.
Frente al que se ha señalado como el principal factor de origen de las pérdidas
ocasionadas al sector editorial, la industria ha emprendido acciones dirigidas a
formalizar la relación entre el sector y los usuarios, a través de la gestión colectiva
de derechos de autor. La creación del Centro Colombiano de Derechos Reprográficos
(CDR), en 2002, cuya misión es “recaudar, administrar y distribuir de forma especializada,
por las distintas reproducciones que realicen los usuarios en general, ya
sea de forma análoga o electrónica, colectiva o lucrativa, del repertorio de nuestros
asociados autores y editores, mediante un sistema efectivo de licenciamiento”. Por
medio de convenios con las instituciones de educación superior y con entidades
homólogas de otros países, el CDR avanza en la formalización de tal actividad. Sin
embargo, los montos recaudados anualmente son una mínima fracción de los cálculos
estimados por pérdidas en los estudios efectuados en años anteriores.
4 J.M. Herrera (2006). Estudio sobre la fotocopia de libros en las instituciones de educación superior en
Colombia. Bogotá: Ceder.