PARTE 3. CIRCULACIÓN DEL LIBRO 83
Pese a que la piratería ha sido señalada como uno de los factores que afectan con
mayor fuerza el desempeño del mercado editorial, son escasas las investigaciones en
las que se analiza con juicio el fenómeno, tanto desde sus causas y características,
como desde sus consecuencias sobre el mercado y la producción intelectual. Si bien
el tema ha estado permanentemente en la agenda pública como un reclamo de parte
del sector editorial, las acciones para enfrentarlo se han reducido a la realización
de campañas que buscan generar conciencia entre la población en torno al respeto
a los derechos de autor y el trabajo conjunto entre los gremios relacionados con las
industrias culturales y las autoridades policivas y judiciales para perseguir a los autores
materiales e intelectuales de delitos relacionados con la propiedad intelectual.
En el caso colombiano, el más reciente intento de abordar el problema lo emprendió
la Cámara Colombiana del Libro, en 2007, a través de un estudio realizado
por Fedesarrollo3. El análisis de Fedesarrollo parte de señalar que “La existencia
de una oferta de libros ilegal desplaza a la producción lícita y genera cuantiosas
pérdidas. Este proceso se ha acentuado a medida que se ha ido elevando la calidad
de los libros piratas, debido a la relativa facilidad técnica que conlleva el copiado
de un ejemplar legal (con excepción de las cubiertas) y a los amplios márgenes de
ganancia de la actividad. Los productores de libros piratas poseen una gran ventaja
económica sobre los editores legales, no solo porque no pagan derechos de autor,
sino además porque no tienen gastos de desarrollo de producto e inversiones en
promoción, y su tiraje se concentra en bienes que son éxitos comprobados en el
mercado… Los graves efectos económicos que tiene la piratería editorial contrastan
con la escasa atención que le prestan amplios segmentos de la población y de las
autoridades en países como Colombia”.
La mirada a la piratería se ha concentrado en el análisis de tres componentes fundamentales:
la piratería editorial propiamente dicha, por medio de la reproducción
ilegal de libros impresos; la reprografía o fotocopiado de libros, y la comercialización
fraudulenta de muestras de libros didácticos. En esos tres componentes se ha
centrado la cuantificación económica de las pérdidas ocasionadas al sector formal
de la edición. Fedesarrollo reseña las estimaciones hechas por la Cámara Colombiana
del Libro en 2007, que calculan en US$86 millones las pérdidas causadas al
sector a través de estos canales de piratería y comercio ilegal, cifra que en términos
relativos representaba el 19,2 % de las ventas editoriales en 2004 (calculadas en la
encuesta anual de la CCL). En estos cálculos se estimaba que la reprografía ilegal
representaba el 48,9 % de las pérdidas totales; la piratería litográfica, el 44,1 %, y
la comercialización de muestras, el 7 %.
Fedesarrollo anota que “la metodología de la CCL aparentemente no tiene en
cuenta en ninguna etapa de sus cálculos los costos de producción, ya que de forma
3 Fedesarrollo (octubre de 2007). La piratería editorial en Colombia. Medición, factores explicativos y
estrategias de acción. Bogotá: Fedesarrollo.