
tor titulado «El libro y su paso del anaquel a la internet»
y el Encuentro Latinoamericano de Editores de Libros
para Niños y Jóvenes. Decididos a recuperar el público
de años anteriores, en la vigésima edición de la Feria
del Libro de Bogotá se apostó desde Corferias por la
innovación y la modernización de servicios en el recinto
ferial, que beneficiaron a los más de 500 expositores con
los que contó el certamen, así como a los 377.000 visitantes
que acudieron durante los 13 días del evento.
Además, como valor agregado, se contó con la presencia
de 200 compradores internacionales en la rueda de
negocios. El impulso que le había venido dando la Feria
a la industria editorial provocó que el acceso al libro en
Colombia aumentara entre 1998 y 2006 y que las exportaciones
ascendieran en ese periodo a 865 millones de dólares. Los
números indicaban que de 2005 a 2006 los libros exportados registraron
un crecimiento del 9,4%, al pasar de 124,7 a 136,4 millones de
dólares.
En ese 2007 se hizo un homenaje adicional: el estand del Ministerio
de Cultura estuvo dedicado a la Biblioteca Nacional, que celebró
sus 230 años de existencia. Ese año de repunte y proyección,
la Feria contó con el apoyo de la Secretaría Distrital de Cultura,
Recreación y Deporte, la Secretaría de Educación, la Red Distrital
de Bibliotecas Públicas de Bogotá (BibloRed), el Archivo Distrital,
el Cerlalc, Fundalectura, Asolectura, el Ministerio de Relaciones
Exteriores y el Ministerio de Cultura.
Roberto Gómez Bolaños y su esposa, Florinda Mesa, más
conocidos como «Chespirito» y «doña Florinda» superan
todas las expectativas de público. Acá aparecen en el
lanzamiento de Sin querer queriendo, con uno de los seguidores
f i l b o 103
del Chavo.
La poesía chilena de Neruda, Gabriela Mistral, y la presencia
de Gonzalo Rojas y Alberto Fuguet, entre otras,
animan a los asistentes al Pabellón.