
Ernesto Monteavaro recuerda sus conversaciones con
Jorge Luis Borges y la forma como obtuvo la más famosa
y legendaria de sus fotografías, que le dio la vuelta al
mundo.
Para la historia esta plana de caricaturistas de primer
orden, conformada por tres argentinos –Roberto Fontanarrosa,
un colombiano –José María López (Pepón).
Cámara
Colombiana
del Libro
Este último se trataba de un evento internacional del que Colombia
era sede por primera vez, creado seis años atrás por instituciones
dedicadas a la promoción de los libros para convertirse en el
programa piloto para divulgar la producción editorial en América
Latina. El Silar, realizado durante los primeros tres días, sirvió de
encuentro para profesionales de la industria, como editores, distribuidores
y libreros, quienes intercambiaron ideas y proyectos,
negocios de compra y venta de derechos de ediciones, coediciones,
servicios gráficos, papeleros y tecnológicos.
La celebración del Silar y las exportaciones llevaron a que durante
esta Feria se destacara el libro técnico: una serie de mesas redondas
sobre el libro científico abrió por primera vez el programa «El libro
y la ciencia».
Este año, por si fuera poco, la Feria del Libro alcanzó los 30.000
metros cuadrados, disponibles sólo para editoriales, y por primera
vez desarrolló actividades para niños y jóvenes en pabellones completos
y diferentes entre sí, luego del éxito de la edición anterior.
De los cerca de 300.000 asistentes, unos 200.000 fueron jóvenes de
Bogotá y Cundinamarca.
Al final, fueron trece días de fútbol, churrasco, libros, homenajes y
positivismo, con una programación diaria de doce horas, por una
boleta que valía 1.500 pesos. Los asistentes de entonces aún recuerdan
aquella Feria como una de las más memorables de todas.
Joaquín Lavado («Quino») y Fernando Sendra– y
f i l b o 54