¡Qué mejor alimento para el espíritu y para la vida! Afiche
promocional traído por el invitado de honor, que en
su pabellón exhibió una variada muestra de su diversidad,
sus paisajes y su vida cotidiana, complementada con
una exposición sobre el amor en la cultura carioca.
Cámara
Colombiana
del Libro
mación cultural ofreció mesas redondas y presentaciones artísticas
que hablaron, por supuesto, de fútbol (acababa de ganar la Copa
Mundo), de su poesía, narrativa y arquitectura, así como de su riqueza
inmaterial amazónica, de su incipiente literatura
ambiental, su ensayística, agricultura e incluso de su
antropología.
Uno de los grandes invitados fue el periodista y crítico
José Castello, autor de El poeta de la pasión, una obra
sobre la vida del cantante y poeta Vinícius de Moraes.
La selección de Brasil para la Feria de Bogotá incluyó
a poetas y narradores de primera calidad, como José
Paulo Paes, Moacyr Scliar, Marina Colassanti, Manduka
Mello, Ana María Machado, Marcio de Souza, Milton
Hatoum, Tabajara Ruas, Affonso Romano de Sant’Anna
y Thiago de Mello. También desembarcaron algunos de
sus mejores caricaturistas, como Ziraldo Alves Pinto y
Paulo Caruso. Por supuesto, entre los más vendidos de
la oferta brasileña estuvieron todos los libros de Paulo
Coelho, quien acababa de editar su novela El mago, y ya
en ese punto, sólo diez años después de haber publicado
El alquimista, había vendido un millón y medio de ejemplares
en 124 ediciones.
La participación de Brasil en la Filbo se organizó por
intermedio de una comisión especializada, creada por
el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de
Cultura y la Cámara Brasileña del Libro. Aparte de la
exposición sobre la cultura del país y una librería, hubo
una muestra de las mejores carátulas de libros, discos,
catálogos, afiches y libros de arte, organizada por el Departamento
Técnico de la Federación de Industrias del
Estado de San Pablo; una exposición sobre los mejores cien libros
infantiles y juveniles de la Fundación Nacional del Libro Infantil y
Juvenil, y una muestra de caricatura desde comienzos del siglo XX.
La edición de 1995 se había armado en 23.000 metros cuadrados,
y como lo expresó el director general de la Corporación de Ferias
y Exposiciones (Corferias), Hernando Restrepo Londoño, en su
discurso de apertura frente al presidente Ernesto Samper, ya en ese
punto la Filbo había pasado a ser el evento cultural más grande del
país y la feria del libro más grande de Latinoamérica en tamaño,
área de exposición, número de expositores y participación internacional.
Entre otros visitantes ilustres estuvieron Luis Sepúlveda y Jorge
Edwards (Chile), Luis Rafael Sánchez (Puerto Rico), Hernán Lara
Zavala (México), Ricardo Piglia (Argentina), Oliver Rolin (Francia),
Santiago Gamboa y Conrado Zuluaga (Colombia). Una vez más,
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