
en los procesos editoriales» y el Simposio Anual de la Enseñanza
del Inglés.
En medio de esa intensa agenda, Corferias continuó expandiéndose
para la comodidad de los asistentes: ese año se habilitaron 2.300
parqueaderos y se retornó al horario original de 10:00 a.m. a 8:00
p.m. El costo de la entrada se estableció en tan sólo 3.000 pesos.
No parecían buenos tiempos para los libros: el promedio de lectura
se mantenía en 1,5 libros al año, según Fundalectura, a pesar de los
esfuerzos por incrementar la cifra. El país vivía una crisis política,
económica y editorial, el conflicto se disparaba en las regiones y
llegaba a la capital, y sin embargo, la apuesta se mantenía: 3.000
títulos dispuestos para los niños en el Pabellón Infantil Rafael
Pombo, uno de humor y caricatura, siete pabellones comerciales,
la entrada gratis de estudiantes con carné antes del mediodía,
once países participantes –además de Estados Unidos–, un 10% de
descuento en los precios en comparación con la tarifa comercial
corriente, un homenaje a Rafael Maya, la celebración del Día de la
Poesía, mesas redondas, recitales poéticos, conferencias sobre autores
estadounidenses como Edgar Allan Poe, Norman Mailer, Ernest
Hemingway o Irving Wallace, encuentro con autores nacionales, y
un récord Guinness registrado por el caricaturista Grosso por dibujar
en un solo día el mayor número de caricaturas, fueron las cartas
dignas de mostrar.
Había que sembrar esperanza en medio de tiempos difíciles. La
presencia de 418 expositores en los 20.000 metros cuadrados de la
Filbo, así como la asistencia de 239.650 visitantes a los 12 días de
feria y a los 380 actos culturales, resultaron cifras más bajas que las
de otros años, pero para nada desalentadoras. Por el contrario, fueron
la motivación para renovarse y continuar
El humorista y dibujante Jorge Grosso, durante todo
un día, dio vuelo a su imaginación e impuso un nuevo
récord mundial al hacer 545 caricaturas en 10 horas, descansando
sólo siete minutos para almorzar. Esta imagen
f i l b o 65
de Grosso es de la Feria de 2015.
Entrada al pabellón de Estados Unidos en el
que se exhibían imágenes de los atractivos
turísticos del país, así como de sus increibles
logros tecnológicos.