Niños y jóvenes estudiantes de diferentes planteles de la
ciudad frente a las oficinas de la, desde esta feria, denominada
Cámara
Colombiana
del Libro
a partir de ese momento en otro momento imprescindible de la Feria.
Un total de 17 universidades locales y 3 del exterior abrieron el
espacio para la academia, y dos escritores todavía en crecimiento,
Hugo Chaparro Valderrama y William Ospina, ganaron el premio
a mejores comentaristas de libros, mientras que el mejor diseño de
carátulas fue para Interlínea Editores por su recordada colección
Cara y Cruz.
A pesar del panorama del país, el positivismo editorial y el incremento
de los asistentes dejaron un mensaje ese año: la gente quería
escapar de la ola de violencia por intermedio de la cultura. Los
libros abrieron esa puerta. Adicionalmente, la Filbo entendió que
debía abrirse más al mundo para conectar a los espectadores con lo
que sucedía allende las fronteras nacionales.
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Cámara Colombiana del Libro.