
Cita con los
inmortales
f i l b o 33
Feria 2
1989
28 de abril al 9 de mayo
Una cosa era empezar y otra más compleja mantener el gigante que
había nacido un año atrás. El segundo año, ya con un primer computador
dispuesto para organizar la programación de una manera
menos artesanal, el mismo equipo de la primera edición emprendió
la tarea de montar una Feria Internacional del Libro por lo alto
y con la intención de rendirles un homenaje a dos obras cumbres
de la literatura colombiana.
Se trataba de María, de Jorge Isaacs, y de La vorágine, de José Eustasio
Rivera, libros definitivos de las letras nacionales sobre los cuales
versaron las charlas centrales y a los que se les quiso posicionar entre
las nuevas generaciones. Lo que se tomó
en principio como una conmemoración de
dos autores inmortales dio paso, a partir de
ese año, a un tema central de feria, idea que
desde entonces se mantuvo en la mayoría de
las ediciones y se convirtió en el eje de las
actividades culturales.
La coordinación de la Cámara Colombiana
de la Industria Editorial logró que Manuel
Mejía Vallejo, Cristo Figueroa y Efraín Isaac
hablaran sobre María, mientras que para
ahondar en La vorágine se citó a Luz Mary
Giraldo, Isaías Peña, Pilar Lozano y Luis
Ernesto Lasso. Pero su empeño logró algo
más: poner en boca de todo el país ambas
novelas. De hecho, el director Lisandro
Duque, justo ese año, hizo la adaptación de La vorágine para un
seriado de televisión que alcanzó una sintonía de 60 puntos. Dos
años después, el mismo Duque presentó la edición de María para
televisión, tras 120 horas de filmación. El país se alimentaba de
literatura y la feria impulsaba esa conexión.
En efecto, ese fue el empeño más grande de la segunda edición de
El presidente Virgilio Barco, acompañado por Jorge Valencia
Jaramillo e Ignacio Chávez, director del Instituto
Caro y Cuervo, recorriendo los pabellones después de la
ceremonia de inauguración.