en su mayoría buscaron temas de diseño, preprensa e impresión de
libros en tirajes de tres mil a quince mil ejemplares por semestre.
Así mismo, estuvieron interesados en comprar obras editadas en
Colombia de contenido escolar, universitario, religioso, de interés
general, literatura infantil y juvenil, diccionarios y enciclopedias.
En el marco de la Feria se desarrollaron actividades tan importantes
como el seminario «La vigilancia del poder, autores y editores del
periodismo de investigación en América Latina», al que asistieron
veintisiete periodistas y miembros de instituciones que trabajan por
el periodismo de investigación en ocho países, y diecisiete medios
o instituciones de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador,
México, Perú y Venezuela; la exposición «Homenaje al café El Automático
», como un lugar de encuentro donde se gestó gran parte de
la actividad literaria e intelectual en Bogotá durante los años cincuenta;
el Congreso Internacional de Publicaciones Universitarias
de Iberoamérica y el Noveno Congreso Nacional de Lectura.
La Filbo, fortalecida, había además cambiado de fecha. Era la
primera vez que se celebraba en agosto y no entre abril y mayo. El
experimento se había hecho para evitar la temporada de lluvias.
Con todo, 54.639 alumnos participaron en los talleres del Pabellón
Juvenil, un descenso en comparación con años anteriores. Salvo
esa cifra, nada pareció empañar el éxito de la presencia mexicana
en la Filbo.
f i l b o 111
Con un concierto de mariachis, México
abre la Feria, que además cuenta
con la presentación de 87 editoriales
mexicanas, 35.000 volúmenes, 40
autores, 16 espectáculos musicales,
3 obras teatrales, 34 películas y 10
exposiciones.