
Los escritores Pedro Gómez Valderrama de Colombia y
Mempo Giardinelli de Argentina se saludan muy efusivamente
Cámara
Colombiana
del Libro
ba la cifra de 0,5 libros leídos al año por cada colombiano. En ciudades
como Barranquilla, sus habitantes compraban un ejemplar
cada catorce meses, en tanto que en Bogotá cada persona compraba
una obra literaria, en promedio, cada ocho meses. La Filbo no
era el remedio, pero sí apostaba a cambiar esos índices.
La propuesta de 1990 fue clara: incitar a más expositores a participar
y seguir expandiéndose. En efecto, ese año hubo 170 expositores
provenientes de 15 países, entre ellos Estados Unidos, la República
Federal Alemana, la Unión Soviética, España, Francia, Italia,
Suiza, Canadá, Argentina, Perú, Venezuela,
Brasil y Cuba.
Durante los 12 días de feria, el tema central
propuesto generó controversia: la estrecha
relación entre las religiones y la literatura.
La prensa y los asistentes opinaron a lo
largo de 33 conferencias sobre los libros sagrados,
su contenido y la posibilidad de que
los hubieran dictado manos divinas o los
hubieran escrito apóstoles apócrifos o autores
múltiples.
En la tercera edición, se fortaleció la programación
para jóvenes y las cifras le dieron
la razón a ese empuje: participaron más de
cincuenta mil niños en el Pabellón Infantil
Rafael Pombo. Adicionalmente, se organizó
el Concurso Nacional de Cuento Juvenil y
se lanzó el Club de Lectura para Jóvenes.
El ciclo de Cine y Literatura pasó a exhibir
catorce películas, mientras que el de Música
y Literatura celebró dieciocho eventos, entre ellos una presentación
de gala de la Orquesta Sinfónica de Colombia. El de Televisión y
Literatura cobró más vigencia que nunca tras la adaptación a la
pantalla chica de obras como La mala hora, El cristo de espaldas, La
tía Julia y el escribidor, La marquesa de Yolombó, y los seriados basados
en la María y La vorágine.
En paralelo, se celebró el Encuentro Internacional de Escritores,
se realizó un ciclo sobre la vida y obra de Manuel Mejía Vallejo,
se llevó a cabo el II Seminario Nacional de Periodismo Cultural,
y el evento «Colombia unida por la literatura» congregó a buena
parte de los departamentos del país, que acudieron gracias a una
invitación hecha por la Cámara Colombiana del Libro. En total, 23
departamentos y dos intendencias respondieron al llamado, con
lo que se logró la realización de 550 actos, que hicieron de esta edición
la más exitosa de todas hasta ese punto. Por otra parte, desde
la primera Feria se habían bautizado los salones con los nombres
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durante su encuentro en la feria.