La publicidad y
la imagen gráfica
de la Filbo
Nadie pudo dejar de ver la nueva imagen de la
Feria. Era casi hipnótica. Se trataba de la silueta
de un hombre que elevaba las manos y su mente
se cubría de nubes e imaginación.
Resumía, en pocos trazos, todo el propósito de la
Feria. La había visto Jorge Valencia Jaramillo en
1988 durante una de sus caminatas por las editoriales
que participaron en la primera versión.
Cuando se encontró de frente con el afiche en
el Grupo OP Gráficas, le pareció perfecto para
lo que la Feria quería expresar y preguntó de
inmediato por su autor. Le dijeron que se trataba
del diseñador Carlos Duque, así que lo contactó
y tras una charla veloz acordaron su uso. La negociación
tardó un año con el Grupo, hasta que
finalmente el afiche original quedó en propiedad
del Presidente de la Cámara, quien lo regaló
como imagen definitiva de la Feria. En ese momento
nadie pensó que llegaría tan lejos: el cartel
de la editorial se convertiría al segundo año
en el emblema de la Filbo, y además marcaría el
imaginario cultural de todo el país.
Cada año, desde entonces, el emblemático afiche
ha cambiado en colores, pero su estética se conserva
idéntica. Las propuestas para invitar a los
lectores sí varían en cada versión de la Feria. A lo
largo de este libro se han reproducido varias piezas
publicitarias y promocionales; acá están otros
ejemplos relevantes.
Afiche original de OP Gráficas para su estand en la primera Feria, cuyo
motivo se convertiría en la que sigue siendo la imagen oficial del evento.
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