Marisol Cano Busquets, directora del Magazin Dominical
de El Espectador, recibiendo una distinción de la Cámara
del Libro de manos de Jorge Valencia Jaramillo, presidente
honorario, y Jairo Camacho Cuéllar, presidente.
Bailes folclóricos en la Plaza de Banderas, dentro del
programa «Colombia unida por la literatura».
Cámara
Colombiana
del Libro
lenguas oficiales: catalán, castellano, vasco y
gallego. Con noventa paneles, en la exposición
se narraban los quince años de su historia
desde que se promulgó la Constitución
en 1978, después de la dictadura franquista, e
incluía una sala de video con la serie Historia
de España, al igual que la Biblioteca Quinto
Centenario.
Dos grupos de danza y uno de música de
cámara, una muestra de cine hispano contemporáneo
con las películas Todo por la
pasta, de Enrique Urbizu; El rey pasmado,
de Imanol Uribe; Tacones lejanos, de Pedro
Almodóvar; Ay, Carmela, de Carlos Saura; La
noche más larga, de José Luis García Sánchez;
Alas de mariposa, de Juana Bajo Ulloa, y Martes de carnaval, de
Fernando Bauluz y Pedro Carvajal, completaron el escenario de un
país que se volcó a la Feria, y que contó en la inauguración con la
participación de su ministro de Cultura, Jordi Solé Tura.
El ambiente de integración de la Filbo con España se vivió paralelo
a otras novedades. Una de las más exitosas fue la Primera Programación
Universitaria, una primicia que propició la participación
de los estudiantes de nivel superior de todo el país, y que permitió
que las universidades consideraran apostar por publicaciones propias
y siguieran la senda de
las universidades Nacional de
Colombia y de Antioquia. A
los universitarios con carné se
les dio el beneficio de entrar
sin costo entre las 9:00 a.m. y
las 2:00 p.m.
Otro fue el tema central:
«Encuentro de dos culturas»,
alrededor del cual la Feria
programó conferencias, mesas
redondas, debates, foros, proyecciones
y conciertos especiales.
La exposición «Arte de la
tierra», con más de dos mil piezas
precolombinas como evocación
de la memoria cultural
de los pueblos precolombinos,
fue una de las más visitadas y también una forma de conmemorar
el encuentro de los dos mundos, a propósito de la participación de
España como país invitado de honor.
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